Mucha gente nos llama para preguntar si son mejores las botas con interior de pez o las botas con interior de látex. Nosotros siempre respondemos de la misma forma: No es mejor ni peor una bota respecto a la otra ya que, exceptuando el interior, el resto de materiales y el proceso de fabricación es el mismo. Lo básico es saber con qué, cómo y cuánto se va a utilizar la bota para seleccionar un tipo u otro de bota.
Sin ninguna duda la bota de vino con el interior de pez es la más tradicional de todas ya que la pez se lleva utilizando en el mundo desde hace miles de años.
Respondiendo a las tres preguntas podremos tener una mejor idea del tipo de bota que nos conviene.
¿Con Qué?
Se refiere básicamente a qué líquido vamos a introducir en la bota de vino. Si bien la coletilla “de vino” da a entender lo que más se acostumbra a introducir, debemos saber que las posibilidades pueden ir mucho más allá de esa preciada bebida.
La pez no admite las bebidas gaseosas ni los licores de más de 25 / 30 grados de alcohol. Estas bebidas hacen que se degenere y se empiece a deshacer en pequeños trozos cuando bebemos. De esta forma el interior de pez es válido únicamente para beber vino, si quisiéramos utilizar la bota con cualquier otra bebida deberíamos escoger la bota con el interior de látex.
Es importante saber que la bota con interior de látex admite cualquier tipo de bebida, incluso agua, pudiendo ser utilizada en multitud de ocasiones como excursiones, en la playa, etc.
¿Cómo?
Siendo la pez un producto natural (está compuesta básicamente de resina de pino y aceite de oliva) no lleva demasiado bien el hecho de los cambios bruscos de temperatura. De esta forma está contraindicado el introducir la bota en la nevera antes de utilizarla en días cálidos. Estos cambios de temperatura terminan haciendo que la pez provoque que la costura ceda y arruinemos la bota. Nuestro consejo para una bota de pez sería que, como mucho, la mitad del vino esté a temperatura ambiente y verter encima de éste la mitad del vino que proceda de la nevera.
No confundir con no utilizar la bota en invierno, y es que lo que le va fatal a la pez son los cambios de temperatura, no el frío en sí. Lo que ocurre es que es en verano cuando más se suele introducir la bota en la nevera antes de un uso.
Para esos casos en lo que se quiere beber el vino frío en verano nuestro consejo vuelve a ser la adquisición de una bota con el interior de látex.
¿Cuánto?
Al contrario que muchos otros objetos de nuestra vida cotidiana, una bota de pez dura más cuanto más se usa. Tanto es así que tenemos noticias de botas que, siendo usadas todos los días, han llegado a durar más de 60 años. La parte negativa de esto se encuentra en el hecho de que también funciona en sentido contrario de forma que una bota de pez que no se utiliza de forma habitual termina estropeándose debido al no-uso.
Por ello es importante tener claro con qué frecuencia se va a utilizar la bota: Si la utilización va a ser semanal o diaria nos iríamos sin duda a la bota con el interior de pez; si, por otro lado, se va a utilizar de forma esporádica o va a estar temporadas sin ser utilizada, debemos saber que es muy probable que la bota se estropee si no hacemos el mantenimiento correcto, perdiendo vino, pez o ambas cosas.
Conclusión
No existen botas mejores que otras, sino que es muy importante que ajustemos el interior de la bota al uso que le vayamos a dar ya que cualquiera de los interiores mal elegido provocará que la bota no nos satisfaga completamente.